martes, 9 de septiembre de 2008

Colisionador de Hadrones




Y quizás ni siquiera termine de escribir esto que el mundo ya se fue a la mierda. Es cierto, me quedan cosas por hacer: todavía no lavé la ropa, el plato de fideos está a la mitad, el blog luce abandonado, y mañana me voy a despertar tan sólo como hoy. Pero la verdad es que no me siento en deuda con nadie, y eso ya es algo bueno. Cada tanto, padecer el rigor de saberme perdedor, y asumir que no hay deudas que me agobien me llena de energía. Una cagada estar pilas solamente hoy.

Lo que realmente me apena de este final inminente de nuestro horrible planeta es ser víctima de una partícula subatómica mareada, sometida a los embrujos de algún científico perverso que la larga en contramano por un tubo, para que se enfrente a sus pares (en bolas como los indios). Según nuestros queridos popes del conocimiento, esto es para comprobar la existencia de alguna leyenda inexplicable, producto (onanista) de esas locas y largas noches con las que vibran de emoción los sabios contemporáneos, mezcla de tutucas, calabozos y dragones, un disco de Cher, y los delirios poco sustanciosos de otros trasnochados iguales.

Ellos prefieren el término "Comunidad". Parece que no pueden escapar de los sitios de fantasía: es más, cren que son reales, y por eso toman el nombre de alguno de los libros de Tolkien. Pero lo alteran poniéndole el rótulo perteneciente a alguna de las ramas filosóficas supervivientes, el cual resume un complejo entramado semiótico de mentiras consuetudinarias en el que un conjunto de trasnochados que se esconden detrás de un par de culibotéllicos anteojos se han puesto de acuerdo.

El que quiera chequearlo, está en libertad de hacerlo: sólo está compuesto por partes más pequeñas, cuyos nombres parecen inventos de la frondosa imaginación del sudafricano. De certezas, nada. Y sin embargo tienen el poder de mandarnos al infierno imperceptiblemente.

Antes del final, le quiero recordar a los infelices que me incitaron a ahorrar energía eléctrica, manejar con cuidado, comer menos grasa, evitar las drogas, huir de las malas compañías, temerle a la revolución, cuidar la puta capa de ozono, y otras recetas mágicas con las cuales ibamos a tener Tierra para rato que son unos estupendos chamanes. Les creímos (les creí). Los adoramos como a dioses (dudé el último tiempo, pero lo hice). Les dimos plata, y los dejamos hacer.

Pongan esa máquina a andar de una cochina vez, y acaben con esto. Por lo menos tengan el buen gusto de abrir un agujero negro mientras duermo, para evitarme la horrible sensación que tengo todos los días cuando mi alma vuelve apresuradamente a habitar un cuerpo que se despierta saboreando la amarga soledad.

Eso sí: si no me matan esta noche, escondanse. Se van a hartar de verme feliz. Lo mejor puede estar empezando sin que nos demos cuenta (y así es más agradable).


(¡BOOM!)

2 comentarios:

Pipa Hidraulica dijo...

Si,compadre, andamos en lo mismo. En morir. Lo de "en bolas, como los indios" es un hallazgo cientifico. YA lo usaremos en otro post, si nos da tiempo el acelerador. Feliz fin del mundo.

Pateeto dijo...

See, al final no pasò naranja...lo van a volver a intentar en unos años pero con màs power... Y yo q habìa sacado 6 prèstamos, habìa violado a la vecina y me inyectè todas las sustancias prohibidas pensando q se terminaba todo...q boludo!!

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